martes, 4 de junio de 2013

LAS PIEDRAS DE TUNJO

La leyenda que más se escucha acerca de estas piedras es que hace muchos años al cura que estaba construyendo la Iglesia de Facatativá se le acabó la piedra, razón por la qu tuvo que parar la construcción, hasta que un día se le apareció el diablo y este le propuso un trato: “a cambio de la piedra que usted necesita para terminar la iglesia, usted me da su alma”. El padre de inmediato aceptó y así fue como el diablo, en compañía de muchos diablitos, fue trayendo las piedras, una tras otra. Hasta que un día fue tanta la culpa y remordimiento que el cura sentía, que terminó arrepintiéndose del trato, en ese momento el diablo se llenó de ira y ordenó que dejaran esas piedras tiradas allí.
Otra versión es que Facatativá era una laguna que se secó y quedaron al descubierto las piedras. Posteriormente el Zipa Tisquesusa pobló Facatativá y las utilizó para pintar sus vivencias y sus creencias.
Una de estas piedras es la de la “Serpiente”, y no es porque esté tallada con esta imagen, sino porque en su interior tiene una cueva. Cuenta la historia que era utilizada para demostrar la fuerza de los hombres al competir por el estatus dentro del grupo, se dice que ellos pasaban uno por uno por el túnel y desde arriba les lanzaban piedras, flechas y el que lograra pasar vivo se paraba en la cima de la piedra, donde hay aproximadamente 10 agujeros utilizados por las mujeres para limpiar el cuerpo de los hombres bañados en sangre.

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